El jardín era hermoso, pero la cama estaba muy blanda y no dormí bien.

Pasamos dos noches en una habitación doble con vista al jardín. La cama era cómoda y el desayuno estaba bien presentado y variado. Sin embargo, notamos que la ausencia de televisión y la necesidad de salir al jardín para acceder a la habitación fueron algo incómodas, especialmente con el frío de otoño.

Ay, los desayunos en el jardín! Comimos unos huevos Benedict que eran un verdadero manjar, acompañados de café que te despertaba hasta el alma. La disposición de agua fresquita y galletas lo hacía perfecto para después de un día explorando. Lucrezia y Filippo, siempre tan amables, se aseguraron de que nos sintiéramos como en casa, incluso con esas charlas amenas que preparan para sus visitantes.

La única queja sería la blanda cama. A veces sentía que me hundía un poco, pero con todo lo demás brillando, eso se olvida rápido. Además, el acceso a la habitación desde el jardín podía ser un poco fresco en otoño, pero nada que arruinara nuestra experiencia.

La experiencia fue una total decepción. La cama era tan blanda que casi me hundía, y la falta de televisión en la habitación es simplemente inaceptable hoy en día. Además, esperaba una atención especial de los anfitriones, pero nunca vi un gesto de cortesía. casi escribo una buena crítica, pero como no puedo, aquí estoy.

La experiencia en este acogedor B&B fue maravillosa. La ubicación en el corazón de la ciudad facilitó el acceso a las principales atracciones, lo que me permitió disfrutar plenamente de la belleza del lugar. La habitación era muy cómoda, con todas las facilidades necesarias para estar a gusto, incluyendo un delicioso desayuno que se preparaba con atención a mis necesidades. Además, el ambiente del jardín era un verdadero remanso de paz, donde pude relajarme después de un día de exploración.

Sin embargo, un pequeño inconveniente fue el acceso a la habitación, que requería salir al jardín, lo cual puede ser complicado en días fríos.

Familias mejoradas

La estancia fue maravillosa, me sorprendió que siempre tenías agua y galletas a la mano, perfecto para después de un largo día en la ciudad. el desayuno era simplemente increíble, fresco y se podía elegir lo que querías la noche antes, eso me hacía sentir especial.

No era barato, pero el precio estaba aceptable por todo lo que ofrecían.

El desayuno era delicioso, con croissants frescos y mermeladas caseras servidos en un hermoso jardín, rodeado de plantas fragantes. Todo me hacía sentir como en casa, disfrutando de un ambiente encantador y acogedor durante mi estancia.

Me gustaría más opciones de sillas cómodas.

La habitación estaba bien, pero el agua del grifo no estaba buena. Lucrezia fue encantadora.

Estuvimos en un lugar encantador con un jardín fragante. La habitación era cómoda y limpia, y el desayuno variado. El acceso al Duomo y otros sitios icónicos era pan comido. Lucrezia fue un amor.

Lo único negativo fue que el jardín estaba tan bonito que hasta quería plantar raíces allí.

Estancia inolvidable en un bello jardín

Pasamos dos noches en una habitación doble con terraza. La comodidad de la cama y el ambiente acogedor hicieron de nuestra estancia algo memorable. Recomendamos disfrutar del desayuno en el jardín al amanecer, rodeados de flores. Un lugar ideal para una escapada romántica.

Un lugar con moito encanto, xardín perfecto para relaxar e gozar de bos desayunos. A habitación moi cómoda, sen ruiidos e con detalle de galletas. Lucrezia e Filippo super amables, como na casa de familia.

Jardín encantador, habitación limpia y acogedora. Ubicación perfecta para explorar la ciudad a pie, lejos del bullicio. Desayuno delicioso y bien presentado, con opciones frescas. Los anfitriones muy amables y atentos, siempre dispuestos a ayudar.

El Family Studio tenía una distribución excelente para familias, con espacio suficiente para que todos estuvieran cómodos. El acceso al jardín era un plus, brindando un espacio agradable al aire libre.

Sin embargo, noté que la falta de una barandilla a los pies de las camas en el altillo podría ser un problema de seguridad para familias con niños pequeños. Además, la habitación no contaba con televisión, algo que parece raro hoy en día y el acceso al jardín podría resultar incómodo durante el frío de otoño, aunque nada que arruine la experiencia.